Después de inagurar la «Semana de cine de autor de Lugo», «Las imágenes perdidas» de Juan Pinzás están por el festival de Sao Paulo y más allá.
¿Quién las encontrará?
Habitualmente no hablo en la revista sobre cosas en las que participo, pero hice una excepción con la peli:
LAS IMÁGENES PERDIDAS – LA OTRA MIRADA.
Sucede a veces que los micros graban cosas inaudibles por el oído humano y que las cámaras recogen cosas que el ojo no puede ver. Desde tiempos inmemorables, les llamamos “fantasmas”.
Este documental tiene un aroma extraño, tiene algo que me resulta tan familiar que me impide reconocerlo. Algo que está en el germen de su propia concepción desde el principio.
Cuando se graba la realidad nadie sabe lo que va a suceder, nadie sabe de que va a empaparse el fotograma. Como en “Arrebato”, nadie sabe qué diablos pasa hasta que alguien se implica tanto que a veces ya es tarde.
A Juan Pinzás se le han colado muchas cosas en su documental, pero la más importante es la muerte, una muerte inexorable que se ha llevado a uno de sus protagonistas, nuestro monstruo favorito: Paul Naschy, y que hace que algunos créditos del montaje vayan para los vivos y otros para el más allá. Para los asesinados por el celuloide.
Fernando Epelde para LECOOL/Octubre 2010
Fernando Epelde 