Esos libros, bien colocados, fueron una escalera para llegar hasta este piso,
Esas películas, bien vistas, fueron una puerta y un marco.
Todas esas cosas, no pueden salvarme,
La energía, por si sola, no se activa ni se conmuta.
La magia, sin ilusión, no aparece ni se toca.
Todas esas cosas ya no significan nada.
Menos que un mechero muriendo.
Por eso ahora ya sé que la imagen no puede salvarnos,
el sexo no puede salvarnos,
y que ya casi no debo nada.
Así que, en el líquido, cruzo los dedos.
Y nunca sabrás si lo hago porque busco la suerte
o porque ya no te quiero.
Pon música.
Me ahogo.
A ti ya no te debo nada,
tus besos no han podido salvarme.
Así que pon música…
ella ya me ha salvado muchas veces.
Las imágenes mienten,
la música es verdad.
Es sencillo como el ladrido de un perro.
Piérdete
Y dirígete directamente donde suene la música.